El
SUEÑO debe ser una terapia de salud y longevidad. La calidad del
sueño es muy importante y los sueños no reparadores pueden traer
repercusiones negativas en nuestra salud. El descanso solo puede
conseguirse con sueño natural. El sueño que se consigue gracias a
los somniferos es artificial y, a la larga, desemboca en una falta de
tono muscular general y en un sueño demasiado profundo que favorece
la relajación del velo del paladrar y, por tanto, el ronquido.
El
sueño ideal varía según las personas, ocho horas como media, pero
en los casos extremos puede ir de cinco a diez horas. Cada persona
necesita unas horas: lo esencial, incluso si se duerme muy poco, es
no estar cansado durante el día.
Se
sabe que el sueño repartido en varias veces no es reparador, aunque
se duerma el mismo número de horas. Cuando alguien se acuesta tarde
y se levanta temprano tiene muchas más dificultades para pasar bien
el día, sobre todo con el paso de los años.
Los
trastornos del sueño son básicamente tres: dificultad para dormir
relacionada con los problemas de ansiedad, despertares nocturnos
relacionados con pesadillas o problemas digestivos y despertar
prematuro con imposibilidad de volverse a dormir.
Si
se siguen esta serie de consejos podremos DORMIR bien:
-Realizar una cena ligera, sin nada de alcohol.
-No
tomar excitantes por la noche cómo té o café.
-Realizar
una caminata de 30 minutos después de la cena.
-Tomar
un baño caliente.
-Dormir
en una habitación tranquila y aireada.
-Dormir
sobre una almohada que no sea demasiado blanda.
-Acostarse
más o menos siempre a la misma hora.
-En
caso de dificultades para dormir, buscar una ocupación, cómo la
lectura.
En
cualquier caso, si se tiene que tomar un SOMNÍFERO, se ha de evitar
que contengan benzodiacepinas, ya que suelen crear adicción.
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