La vida en el Ártico debe ser dura por sus condiciones climatológicas extremas que, sin duda, no hacen de la vida algo cómodo y sencillo. La falta de sol, el frío extremo, y el estado desolado de la mayoría de los pueblos de la región pueden provocar tremendas secuelas en la salud mental de los esquimales. Una de ellas es este tipo de episodio brusco y disociativo que se acompaña de una extrema excitación de más de 30 minutos de duración y, frecuentemente, de crisis convulsivas y coma que dura más de 12 horas.
El individuo puede estar retraído o ligeramente irritable por un período de horas o días antes de la crisis y presentará una amnesia completa de la misma. Durante la crisis, el individuo puede rasgar sus ropas, romper muebles, gritar obscenidades, defecarse, escapar de su refugio o efectuar otros actos irracionales o peligrosos. Los científicos creen que la razón detrás de semejante ataque puede ser la hipervitaminosis A, que es como se llama al exceso tóxico de vitamina A. Las vísceras de los peces conforman gran parte de la dieta del pueblo inuit, y éstas pueden contener concentraciones altas de vitamina A.
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